La Galga Andaluza (1750)

El pequeño navío o fragata de dos puentes Nuestra Señora del Carmen, alias Galga Andaluza, de 54 cañones y 631 toneladas, fue construida en Cádiz, en 1731.

Como buque de guerra navegó por el Mediterráneo en campañas de vigilancia, escolta y transporte de caudales, protagonizando algunos combates contra naves argelinas y en operaciones de desembarco y apoyo a tropas de infantería de marina en la toma del castillo de Brindisi, en Tarento.

En 1736, formó parte de una flotilla que sale de Cádiz, bajo el mando del capitán Nicolás Geraldino, para dirigirse al Río de La Plata, armada con 46 cañones y 323 hombres de dotación. En su trayecto de ida apresa varios barcos portugueses, entre ellos un navío procedente de Angola con más de 600 esclavos. En el Rio de la Plata, esta flotilla sigue combatiendo con naves portuguesas por el control de la zona hasta que, en 1738 vuelve al puerto de Cádiz con un importante cargamento de caudales. Tras ser carenada en el arsenal de la Carraca, la Galga continuó sus misiones de vigilancia y combate contra portugueses e ingleses. Vuelve a América en 1741, y regresa después a las costas españolas para desempañar labores de escolta en el Mediterráneo.

En 1747, es rearmada en el puerto de Cartagena para un nuevo viaje a América, en este caso cargada con azogue, junto a los navíos el León y el San Francisco Javier y un grupo de barcos mercantes. El convoy salió de Cádiz con rumbo a Veracruz el 14 de marzo de 1748, a las órdenes del capitán Juan de Egues. La Galga Andaluza navegaba bajo el mando de Blas de Barreda. Durante esta navegación varios mercantes son capturados por una escuadra inglesa.

En el puerto de Veracruz, La Galga se preparaba para volver a España cargada con caudales y otros géneros cuando estalló la Guerra del Asiento, que enfrentó a Gran Bretaña y España, entre 1739 y 1748, en el Caribe. Terminado este conflicto, La Galga se incorporó a la Armada de Barlovento, que poco tiempo después se disuelve definitivamente, estableciendo entonces su base en La Habana. Desde este puerto, bajo el mando del capitán Daniel Houni, La Galga hará su último viaje del que no regresará nunca. Zarpó el día 18 de agosto de 1750, junto al bergantín Mercedes y cinco barcos mercantes con destino a España, cagada con tropas del sexto batallón de Infantería de Marina y prisioneros británicos.

A los pocos días de salir de La Habana un huracán alcanza al convoy y dispersa a los barcos. Durante la semana entera que duró la tormenta, La Galga pierde los palos y, en una maniobra desesperada, lanza parte de su artillería al mar para aligerar su carga. En medio de un fuerte oleaje y sin posibilidad alguna de maniobra, se hunde el 25 de agosto de 1750 en la zona del cabo Hatteras, cerca de la costa, en Eastern Shore, entre los actuales estados de Maryland y Virginia. Solo mueren un soldado y tres pasajeros.

La Galga no es la única nave que naufraga, también se pierden el mercante Nuestra Señora de Guadalupe, alias La Ninfa, capitaneado por Manuel Bonilla, el Nuestra Señora de la Soledad, del capitán Manuel Malburo, y El Salvador, alias Enrique, a las órdenes del capitán Juan Cruanio. A Norfolk llegan los demás barcos que formaban parte del convoy, aunque según algunos historiadores también se hunden el San Pedro, capitaneado por John Kelly, el Nuestra Señora de los Godos, alias Arrinton, del capitán Pedro Pumarejo, el San Vicente, y la goleta Mariana.